jueves, 21 noviembre 2024
Radioaficionados

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Muchas enfermedades amenazan a los radioaficionados, y una muy común es la DXitis. Este es el humor que bajo el seudónimo de Hippocrates exterioriza XE1MD.

Diagnóstico: DXitis


Dr. Michel Christ, XE1MD/F4GBE
Autor de El arte del DX

Publicado en la Revista CQ Radio Amateur, núm. 12, octubre 1984, págs. 40-41

A petición del autor y responsable de esta diagnosis, se han respetado términos, expresiones y solecismos no incluidos en el Diccionario de la Real Academia, pero que obviamente cualquier radioaficionado conoce.


En otro orden de cosas, recomendamos leer el texto con acento mexicano (con «x» según nos puntualiza Mic), y po­drán notar que «recurrencia» y «en proveniencia» poseen un sabor especial (que a muchos nos recordará al chamaco de 73 años de Michoacán), y que incluso suenen mejor que recurso o procedentes, respectivamente: también que los virus son más activos siendo «viruses»; y que la esposa «fúrica», y no furiosa o furiente, arremeta iracunda sin tantas precauciones.

La DXitis es una enfermedad viral, benigna o aguda, nunca mortal, pero con una tendencia a la cronicidad, que se ca­racteriza por una necesidad imperiosa do contactar lejanos países mediante ondas electromagnéticas.


Historia:
El primer caso reportado en la literatura fue el de dos OM, Léon, F8AB, y Fred, IMO. El 23 de noviembre de 1923, ellos realizaron el primer OSO de aficionados entre Francia y EE.UU. Desde esta fecha, la DXitis sigue endémica en el mundo de los radioaficionados: 10% de los operadores, y 1% de las YL la contactan algún día. Se han reportado algunos casos en niños menores de 15 años.


Etiología:
Las investigaciones para descubrir el agente causal empezaron en 1937, cuando la ARRL creó el diploma DXCC. Con el paso del tiempo, se encontró una familia ente­ra de viruses: CW, AM, SSB, RTTY, QRP, 160 m. La DXitis múltiple se presenta cuando dos o más viruses agreden al mismo paciente de manera simultánea.


Contagio:
Ciertas áreas son particularmente contaminan­tes, como son los cuartos de radio y los radioclubes. El virus viaja por el éter, o bien de un OM a otro, por vía indirecta (OSO) o de visu (eyeball contact).


Síntomas: Después de un lapso variable de incubación, la enfermedad se declara. El paciente presenta dos fases bien distintas. La primera implica la instalación, arriba, alrededor y hasta debajo de su domicilio, de un complejo e impresio­nante sistema de alambres de cobre y tubos de aluminio llamados antenas y radiales. (¡Lo más grande y más alto, lo mejor!). La segunda fase, él (o ella) muestra una tendencia severa hacia la claustrofilia, pasando la mayoría de su tiem­po en el cuarto de radio. Retirar al OM de su «shack» le causa una ansiedad profunda. Muestra cierta resistencia pa­ra ir al trabajo (QRL PRO), come muy poco, se desinteresa de XYL, y pasa sus horas de insomnio pegado al receptor. A veces, lanza el mismo grito (indicativo) durante horas, o emi­te silbidos sincopados al estilo telegráfico. Algunos aumen­tan su consumo de café o de tabaco. La fiebre del DX au­menta la temperatura central. Existe una correlación cierta entre estos paroxismos, el número de manchas solares y unas extrañas migraciones llamadas DXpediciones. El abuso de las cuerdas vocales por sobremodulación continua, y el ambiente confinado del cuarto de radio provocan los, traqueobronquitis, una voz ronca, o hasta una afonía completa. El OM enfermo de CW DXitis habla solamente en lenguaje binario, haciendo «clic-clic» interminables con una curiosa bomba de mano (llave Morse), un vibrador de resorte (bug) o un artilugio (gadget) electrónico.

Se observan a menudo algunas alteraciones sicológicas. Por ejemplo, el DXista desarrolla un complejo de superiori­dad, o una envidia feroz de otros DXistas, o una confusión sobre el número real de países confirmados. Algunos pa­cientes (el DX es paciencia) caen en la confabulación, relatando fantásticos OSO en 160 metros al mediodía local entre América y la India, con 2 vatios en antena.


Formas y evolución:
La duración y el número de viruses son los dos principales criterios de clasificación de las DXitis. Un solo virus activo da la DXitis sencilla o común. Si coexisten dos o más viruses, se trata de una DXitis múltiple. Solo el tiempo permite determinar si se trata de una DXitis aguda o crónica. La mayoría del tiempo, la DXitis secontrae poco después de obtener la licencia.
Los síntomas arriba descri­tos aparecen, pero en unos cuantos meses, cuando la propagación en 20 metros declina, la fiebre del DX decae. El paciente se considera curado por completo cuando dedica la mayor parte de su tiempo de radio a la red nacional en 2 ó 40 metros. No hay peligro si habla media hora con un amigo en otro país o continente. Pero si la DXitis dura más de un año, se trata de una DXitis crónica, y por lo tanto, incurable.

La DXitis paroxistica es una complicación curiosa.


Sin pre­vio aviso, algún día el OM sale disparado de su cuarto de radio con una maleta en una mano y un rollo de cuerda negra en la otra (cable coaxial). La maleta contiene casi siempre los mismos objetos: un pasaporte con visas extrañas, una carta de crédito, algunos «timbres verdes» de varias deno­minaciones, unos cheques de viajero, un traje de baño, un boleto de avión, un rompeviento y una estación de radio por­tátil completa. Por la ruta más rápida —no siempre la más corta— se vara algún día, solo o con otros OM, al pie del Everest o en la playa de alguna isla desierta, lejos de toda civilización. Durante varios días y noches, el OM hablará con los demás DXistas del mundo mediante sus tubos y alam­bres (¿será realmente una comunicación inalámbrica?), co­miendo pescado crudo y bebiendo agua de coco o carne seca y leche de yak, según el caso. Al fin regresará a su casa (QTH
) quemado por el sol, barbudo pero feliz, con una pila de cuadernos de escucha llenos de listas extrañas. ¡Atención! una recurrencia es siempre posible.


Pronóstico:
La DXitis crónica dura en general la vida entera del OM. Es imposible hacer lodos los países de la lista en nueve bandas y cuatro modos en menos de 50 años, traba­jando DX a tiempo completo. Además, durante este tiempo, los simpáticos amigos del Comité del DXCC se las arreglarán para quitar 54 países de la lista (deleted) y agregar 62 nue­vos. |Y para empezar de nuevo! Muchos DXistas entran al SKClub, pero por causa de otra patología


Complicaciones: Entre los DXistas circulan algunas historias horribles de OM congelados en el hielo polar o comidos por los tiburones. Sin embargo, la realidad es más prosaica, y muchos accidentes fueron en casa. Uno se chamusco cuan­do el boom de su nueva antena Yagi 6 elementos con espa­cio óptimo, toco por casualidad la línea de alta tensión cerca­na. Otro se cayo del alio de su torre de 60 metros por haber olvidado su cinturón de seguridad. Este ultimo trató de cam­biar los finales de su amplificador de 2 kW sin desconectarlo, y poner el banco de capacitores a masa; recibió una falsa descarga. Algunos se encontraron un día frente a una alter­nativa digna de Shakespeare planteada por una esposa furídica: «¡Su radio o yo!» En todos estos casos una gota de pre­vención hubiera sido mejor que varios kilos de medicina —si la hubiere —.


Tratamiento: Existen dos tratamientos; el radical y el sintomático. El primero consiste en retirar por completo al OM de su cuarto de radio evitándole el contacto con otros DXistas y áreas contaminantes. Esta medida drástica se toma sólo cuando la vida del DXista se ve amenazada por una obsesión de DX, o cuando el presupuesto familiar está al borde de la bancarrota por gastos exagerados de radio. Después del retiro, el paciente puede mostrar una fase de hiperactividad en otros pasatiempos, como las bebidas em­briagantes, el juego, las pequeñas YL, la política, en fin el camino más corto hacia el ataque cardíaco y el hospital más cercano. Otros nunca se reponen de tan drástica medida, y caen en la banda civil.

El tratamiento sintomático consiste en dar al paciente, a intervalos regulares, QSL y diplomas. Una QSL es una ex­traña postal, muchas veces sin panorama, cubiertas de nú­meros y letras de manera cabalística. Al recibirla el OM consulta una lista made in USA (por la ARRL) y, si la tarjeta corresponde a «new one» — pronunciar: e niu uan— su cara se ilumina de una ancha sonrisa.
Contempla la QSL con cui­dado en todos sus bordes y caras, y, pasando un buen rato, va al cuarto de radio a esconderla en su cofre del tesoro —una caja de zapatos bien escondida—.

Los Diplomas son unas cartulinas grandes, con elabora­dos dibujos, y en medio el indicativo y nombre del DXista. Su acción sedativa parece debida a un fenómeno de radiación directa: su efecto es proporcional a la superficie cubierta sobre las paredes del shack, los Diplomas en proveniencia del extranjero parecen más activos que los nacionales.


Conclusión:
En general, las diversas formas de DXitis no son realmente peligrosas en sí, y son compatibles con la vida familiar. El paciente necesita mucha comprensión. Quizás algún día, sobre una llamada de auxilio, el DXista y sus par­tes moverán al mundo entero para conseguir y hacer llegar en un remoto lugar la medicina salvadora de una joven vida.


Colofón:
¡Haga DX, no la guerra…!